¿Alguna vez has sentido que tienes una gran idea, un proyecto ilusionante o una meta importante, pero que te falta la energía, el tiempo o la voluntad para llevarlo a cabo? ¿Te has preguntado por qué algunas personas parecen tener una fuerza imparable para conseguir lo que se proponen, mientras que otras se quedan estancadas en la rutina, el conformismo o la procrastinación?
La respuesta está en dos conceptos clave que determinan nuestro comportamiento y nuestro éxito: la motivación y los hábitos. En este artículo te voy a explicar qué son, cómo funcionan y cómo puedes usarlos a tu favor para lograr tus objetivos y cambiar el rumbo de tu vida.
¿Qué es la motivación y por qué es importante?
La motivación es el impulso o el deseo que nos mueve a hacer algo. Es la chispa que enciende nuestra acción, la razón por la que nos levantamos por la mañana, el combustible que nos hace avanzar. La motivación puede tener diferentes orígenes, como la curiosidad, el interés, la pasión, el reconocimiento, el dinero, el placer, el deber, el miedo, etc.
La motivación es importante porque nos ayuda a iniciar, mantener y dirigir nuestra conducta hacia una meta. Sin motivación, no tendríamos la voluntad ni el entusiasmo para emprender nuevos proyectos, superar obstáculos, aprender nuevas habilidades o mejorar nuestra situación. La motivación es el punto de partida de todo cambio y crecimiento personal y profesional.
¿Qué son los hábitos y por qué son importantes?
Los hábitos son acciones que realizamos de forma automática, sin pensar ni decidir conscientemente. Son el resultado de la repetición y la práctica, que hacen que nuestro cerebro cree una conexión entre una señal, una rutina y una recompensa. Por ejemplo, cuando tenemos hambre (señal), comemos algo (rutina) y nos saciamos (recompensa).
Los hábitos son importantes porque nos permiten ahorrar tiempo y energía. Al automatizar ciertas conductas, liberamos espacio mental para dedicarlo a otras tareas más complejas, creativas o novedosas. Los hábitos también nos ayudan a mantener y consolidar nuestra conducta a largo plazo, sin depender de factores externos o emocionales.
¿Cómo la motivación se convierte en hábito?
Ahora que ya sabes qué son la motivación y los hábitos, te preguntarás cómo puedes usarlos para lograr tus objetivos. La clave está en entender que la motivación y los hábitos no son opuestos, sino complementarios. La motivación es el punto de arranque, pero los hábitos son el camino a seguir.
Para lograr tus objetivos, necesitas tener una motivación clara y fuerte que te impulse a iniciar la acción. Pero esa motivación no es suficiente, porque puede cambiar, irse o desaparecer según el momento, el estado de ánimo, el entorno, las dificultades, etc. Por eso, necesitas convertir tu acción en un hábito, que te permita mantenerla y repetirla de forma automática, sin depender de tu motivación.
El hábito es lo que nos sostiene cuando la motivación se va
Para crear un hábito, debes seguir estos pasos:
- Define tu objetivo de forma específica, medible, alcanzable, relevante y temporal. Por ejemplo, «quiero crear un curso online sobre gestión de tiempo en 3 meses».
- Identifica la acción que te acerca a tu objetivo y que puedes realizar de forma regular. Por ejemplo, «trabajar en el contenido del curso una hora al día».
- Elige una señal que te recuerde hacer la acción. Puede ser un horario, un lugar, un objeto, una persona, etc. Por ejemplo, «después de desayunar, en mi escritorio, con mi ordenador».
- Busca una recompensa que te satisfaga y te anime a seguir haciendo la acción. Puede ser un resultado, un sentimiento, un premio, etc. Por ejemplo, «ver el progreso de mi curso y sentir orgullo de mi trabajo, tomarme un café y relajarme 15 minutos después de terminar cada sesión, compartirlo con mi pareja».
- Repite la acción cada vez que se presente la señal y disfruta de la recompensa. Al principio, puede que te cueste o que necesites recordarte tu motivación. Pero con el tiempo y las recompensas, se irá formando el hábito y lo harás sin esfuerzo.
Conclusión
La motivación y los hábitos son dos conceptos esenciales para lograr tus objetivos y cambiar el rumbo de tu vida.
La motivación es el impulso que te hace empezar, pero los hábitos son los que te hacen continuar.
Para crear un hábito, debes definir tu objetivo, identificar la acción, elegir la señal, buscar la recompensa y repetir el proceso.
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Un fuerte abrazo!
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Sobre EL autor de este post
Soy un inconformista que cree firmemente que con los conocimientos y habilidades necesarias junto con la tecnología a nuestro alcance, es posible conseguir los objetivos que te propongas.
Quiero contarte todas las técnicas que he aprendido a lo largo de mi carrera profesional para que las puedas emplear en tu vida laboral o personal y hacer realidad tus ideas.
AGUS MG
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